Faros en la Costa Brava
Las costas son a veces como seres humanos, cuando son hermosas, lo son a menudo con una belleza diabólica. Justo como la Costa Brava, que es una verdadera alegría contemplarla, pero que ha traído a menudo, sin embargo, mala fortuna e incluso la muerte a muchos marineros. Incontables embarcaciones han naufragado en sus aguas.
En los inicios de la navegación, ya se intentaba advertir a los marineros, de peligrosos fondos bajos y de rocas, con simples hogueras.
Más tarde, aparecieron los primeros faros, funcionando a base petróleo los más antiguos, y más tarde ya con electricidad. Actualmente, los hay que funcionan con fuentes de energía respetuosas con el medio ambiente (energías renovables), como por ejemplo el faro de Cerbere, que funciona con energía solar.
Al sur de la Costa Brava encontramos, por ejemplo, el faro de St. Sebastián, en el Cap de Begur, y en el punto mas exterior del golfo de Roses, en las islas Medas, hay un faro blanco, situado sobre la Meda Gran, a unos 80m de altura.
El faro de Roses está situado a una altura de 38m iluminando, cerca del conjunto rocoso ‘la Bateria’. Se compone de una torre cilíndrica y blanca y está construído en mitad de una casa.
Cadaqués llama a su faro “Cebolla”. Está situado a 27 metros de altura sobre el mar, en la Cala Nans.
El Cap de Creus, con sus rocas macizas y gigantescas, ha sido siempre un lugar peligroso para la navegación. Su faro blanco mide unos 11 metros, y está situado a unos 80m sobre el nivel del mar.
En Port de la Selva el faro S’Arnella, de base cuadrada, proyecta su luz en la noche,.
El ultimo faro antes de la frontera está entonces en Colera, una torre rojo-blanca pequeña en la entrada portuaria.
Aunque todos los faros están operativos, la época del oficio de farero forma parte del pasado. Todos los faros se controlan remotamente desde Barcelona y el personal de mantenimiento se desplaza al faro esporádicamente.